"Humano, demasiado humano" fue la obra más rupturista de Nietzsche. Con ella se desvinculaba de su pensamiento anterior y pasaba a centrarse en el ser humano y su condición existencial.

Con "Demasiado humano", Joaquín Campos rinde homenaje a esta obra de Nietzsche a través de una poesía que centra su atención en la crisis del ser humano contemporáneo.

Desde un archipiélago tropical, Joaquín Campos observa la llegada de los turistas que se esparcen por el mundo para encerrarse en los resorts y continuar protegidos por un muro. Él los recibe y busca consuelo en la poesía porque «los poetas saben siempre consolarse».

Joaquín Campos ha llegado a tal grado de liberación que no cree en la salvación ni en el pecado original, pero se sirve de la poesía para mirar a esta monótona especie: «la ola trae el perfume que jamás sabrás aceptar», «cuando te pones de pie, caminas, y no eres capaz ni de intuir qué hay al otro lado”.